El intestino delgado y grueso

intestino delgado y intestino grueso

Es un conducto de unos 10 metros de longitud, que comprende dos partes distintas, el intestino delgado de 7 a 8 metros de largo, y cuyo diámetro en su máxima dilatación suele medir unos 4 centímetros de ancho, y el intestino grueso, de 2 a 3 metros de largo y que alcanza casi doble diámetro que el anterior.

El intestino delgado

El duodeno

El duodeno comienza a continuación del píloro y tiene aproximadamente 30 centímetros de longitud por 3 de diámetro.

Es fijo y enmarca la cabeza del páncreas.

En el vértice de un cono papilar llamado carúncula mayor, recibe, por medio del conducto colédoco, la bilis, al mismo tiempo que el conducto pancreático principal.

El yeyunoileon

El yeyunoileon se extiende desde el duodeno hasta el ciego, describiendo en su trayecto unas quince asas movibles.

Todas las partes del intestino delgado tienen una estructura semejante.

Gracias a la presencia de la bilis, del jugo pancreático y del jugo intestinal, el intestino delgado puede realizar intensos fenómenos químicos, en el curso de los cuales las sustancias alimenticias, reducidas al estado de quimo, quedan dispuestas para ser absorbidas durante el tránsito intestinal.

El intestino grueso

La extremidad inferior del intestino delgado desemboca en el intestino grueso por la válvula íleocecal.

En este lugar, el intestino grueso forma un fondo de saco, llamado ciego, del cual pende el apéndice vermicular.

El ciego se continúa por el colon ascendente, que sube a lo largo del lado derecho del abdomen, por el colon transverso, que lo atraviesa en sentido horizontal, por el colon descendente, que desciende a lo largo del lado izquierdo y termina en el recto, cerrado por el esfínter anal.

El papel del intestino grueso es dirigir por medio de sus contracciones, hacia el ano, los residuos alimenticios no digeridos, las secreciones intestinales y una importante cantidad de microbios vivos y muertos.


Este tramo de intestino tiene propiedades absorbentes con respecto al agua de ciertas sustancias minerales solubles y a la glucosa originada en la digestión parcial de la celulosa por los microorganismos.

Esta propiedad absorbente permite la aplicación terapéutica de lavados nutritivos llamados enemas alimenticios, y el empleo de los supositorios.

El fenómeno más importante de este tramo digestivo reside en la función de los microbios, que originan fermentaciones y putrefacciones.

Si bien es cierto que las fermentaciones intervienen en la síntesis de ciertas vitaminas (B2, PP, H), también lo es que las sustancias resultantes de la putrefacción son extraordinariamente tóxicas, y pueden ser reabsorbidas por el intestino, dando lugar a graves trastornos.

De ahí el peligro del estreñimiento.