La cebolla disuelve los grúmulos de la sangre, cuya coagulación se forma por el hollín residual de la sangre sucia en el correr de los años.
La cebolla hace a la sangre más fluida y más pura y joven.
Esta renovación, que entra en un rejuvenecimiento que jamás podrá conseguirse en la vida sin el poderoso auxilio de las virtudes curativas y medicinales de la cebolla y del ajo combinados con el zumo de limón y de las lechugas frescas.