Presión alta como reacción de defensa

control de la presión arterial

Es un hecho conocido que muchos síntomas de enfermedad suelen ser manifestaciones de la reacción defensiva del organismo contra la misma enfermedad.

Es uno de los principios en que se funda la Medicina natural y aceptado en general, modernamente.

Por esta razón la presión alta también puede ser una reacción de defensa.

En las inflamaciones crónicas de los riñones aparece al principio presión alta como síntoma de la enfermedad.

Más adelante las arterias del riñón se van endureciendo y el paso de la sangre es difícil.

El riñón pierde poco a poco la facultad de eliminar las substancias perjudiciales.

La orina es clara como el agua y se emite en cantidad de dos o tres litros al día.

Las materias de desecho se van acumulando en la sangre.

Entonces la presión de la sangre se eleva mucho, pero en este caso es por una reacción de defensa, pues sólo con esta presión tan alta consigue el riñón eliminar bastante orina.

Si el corazón falla y se manifiesta incapaz de mantener esta presión elevada, con la disminución de la presión sobreviene la rápida disminución de la cantidad de orina, lo cual prueba que la presión alta en este caso es una reacción de defensa necesaria para evitar el envenenamiento por las substancias de desecho al no poderlas eliminar por la orina.

Así, pues, en estos enfermos, rebajar la presión artificialmente con drogas es sumamente perjudicial y conduce a resultados nefastos.

Este hecho también ocurre en otros órganos del cuerpo.

Así vemos en muchos casos que, con bajar artificialmente la presión, sobreviene torpeza mental u otras deficiencias de funcionamiento de los órganos, que nunca existieron cuando la presión era alta.