el estómago y los jugos gástricos

El estómago y los jugos gástricos

Es un ensanchamiento del tubo digestivo que tiene la forma característica del depósito de aire de la gaita.

Está separado del esófago, del que constituye una prolongación, por un anillo muscular llamado cardias, y del intestino delgado, que le sigue, por un esfínter llamado píloro.

En su constitución entra un músculo grueso compuesto de fibras orientadas en distintos sentidos, lo que le permite efectuar diversos movimientos y con ellos amasar los alimentos.

Exteriormente está cubierto por una membrana serosa, el peritoneo, y en su interior por una mucosa repleta de glándulas que segregan el moco y el jugo gástrico.

El jugo gástrico

El jugo gástrico se compone exclusivamente de ácido clorhídrico, pepsina y cuajo.

El ácido clorhídrico activa la pepsina, desempeña una función antipútrida y antifermentativa, fluidifica el bolo alimenticio y regula la evacuación del estómago.

La pepsina actúa sobre las materias albuminosascomo las carnes, etc.

El cuajo coagula la leche en presencia de sales cálcicas y es menos abundante en el adulto que en el lactante.

La digestión gástrica dura de cinco a seis horas y al final de la misma los alimentos quedan reducidos a una pasta llamada quimo.

Los nervios motores del estómago son el vago (excito motor) y el simpático (inhibidor).

La estrechísima relación que existe entre el mecanismo de la digestión y el sistema nervioso, a través de la sección autónoma del mismo llamada sistema nervioso-vegetativo, nos da la pauta del gran valor refleio que existe entre nuestra función asimilatoria y la vida emocional.

Las costumbres, la calidad de los alimentos, la reglamentación de los horarios y las influencias nerviosas favorecen o inhiben la secreción gástrica, y ciertas sustancias de naturaleza proteica (caldos de carne o de legumbres, leche, histamina) favorecen la secreción gástrica, mientras que las grasas la entorpecen.

El abuso de bebidas alcohólicas, las carnes y las especias, acarrean inicialmente una hiperacidez.

El exceso de líquido disminuye la acción del jugo gástrico sobre los alimentos, pues lo diluye exageradamente.