Contra el microbio o bacilos del intestino, de Ebert u otros, la cebolla es lo más indicado.
En estos casos, el tratamiento indicado es no comer nada y hacer dieta absoluta.
No comer nada más durante 8 ó 15 días, más que el caldo de cebolla blanca, y comer después en ensalada cruda la clase más dulce y acuosa, o las que se tienen a mano, la cuestión es ingerir mucha cantidad de cebolla y limón.
La fiebre bajará al cabo de algunas horas, porque la cebolla y el limón son los más eminentes febrífugos por naturaleza.
Se deben tomar de 4 a 5 kilos de cebolla hervida cada día, y tomarse todas en forma de caldo (de unos 5 a 6 litros) y con el zumo de 12 a 20 limones.
Así es como se obtendrán los más maravillosos resultados contra ese terrible estado febril.